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Hacia una recomendación de la UNESCO sobre la ciencia abierta

En el contexto de los urgentes desafíos planetarios y socioeconómicos, las soluciones sostenibles e innovadores requieren esfuerzos científicos eficientes, transparentes y dinámicos, no sólo de la comunidad científica, sino de toda la sociedad.

Para asegurar que la ciencia beneficia realmente a las personas y al planeta y no deja a nadie atrás, hay que transformar todo el proceso científico. La ciencia abierta es un movimiento que pretende hacer la ciencia más abierta, accesible, eficiente, democrática y transparente.

Impulsada por los avances sin precedentes en nuestro mundo digital, la transición hacia la ciencia abierta permite que la información, los datos y los productos científicos sean más accesibles (acceso abierto) y se aprovechen de manera más fiable (datos abiertos) con la participación activa de todas las partes interesadas (ciencia ciudadana).

Al alentar que la ciencia esté más conectada con las necesidades de la sociedad y promover la igualdad de oportunidades para todos (científicos, investigadores, encargados de la formulación de políticas y ciudadanos), la ciencia abierta puede marcar un punto de inflexión para hacer efectivo el derecho humano a la ciencia y reducir las diferencias en materia de ciencia, tecnología e innovación entre los países y dentro de ellos.

No obstante, en el fragmentado entorno científico y político, aún falta una comprensión global de lo que significa la ciencia abierta, así como de las oportunidades que ofrece y los retos que plantea. En consecuencia, la UNESCO está tomando la iniciativa en la creación de un consenso mundial sobre la ciencia abierta, que incluye una definición común, un conjunto de valores compartidos y propuestas de acción.

¿Para qué necesitamos una recomendación de la UNESCO sobre ciencia abierta?

El movimiento de la ciencia abierta ha surgido de la comunidad científica y se ha extendido rápidamente de un país a otro, solicitando que se abran las puertas del conocimiento. Inversores, empresarios, encargados de formular políticas y ciudadanos se están sumando a esta llamada. La cuestión ya no es si la ciencia abierta es una realidad, sino más bien como todos pueden contribuir a esta transición y beneficiarse.

La UNESCO, en su calidad de organismo de las Naciones Unidas con un mandato a la esfera de las ciencias, es la organización mundial legítima capacitada para definir una visión coherente de la ciencia abierta y un conjunto compartido de principios generales y valores comunes.

Por ello, en la 40ª reunión de la Conferencia General de la UNESCO, los 193 estados miembros encomendaron a la Organización que elaborase un instrumento normativo internacional sobre la ciencia abierta en forma de una recomendación de la UNESCO en la mataria.

Las recomendaciones de la UNESCO son ​​instrumentos jurídicos en que "La Conferencia General [formula] principios y normas destinadas a reglamentar internacionalmente una cuestión, y [convida] a los estados miembros a adoptar las medidas legislativas o de otro carácter que sean necesarias según las particularidades de las cuestiones de que se trate y las disposiciones constitucionales de cada Estado para aplicar en sus respectivos territorios los principios y normas formuladas. Provenientes del órgano rector supremo de la Organización, las recomendaciones tienen por objeto influir en el desarrollo de leyes y prácticas nacionales.

¿Cuál es la vía hacia una recomendación de la UNESCO sobre la ciencia abierta?

La recomendación de la UNESCO sobre la ciencia abierta tiene por objetivo crear un consenso mundial sobre la ciencia abierta mediante un proceso inclusivo, transparente y consultivo en el que participen todos los países y todos los interesados.

Se espera que en la recomendación se definan los valores y principios compartidos de la ciencia abierta, y se establezcan medidas concretas sobre el acceso abierto y los datos abiertos, con propuestas para acercar a los ciudadanos a la ciencia y con compromisos que faciliten la producción y divulgación de los conocimientos científicos en todo el mundo.

El proceso de redacción de la recomendación es equilibrado desde el punto de vista regional, inclusivo y colaborativo, y en él participan múltiples interesados. Se espera que culmine con la aprobación de la recomendación para los estados miembros de la UNESCO el próximo 2021.

La recomendación se enmarcarà en la tarea de seguimiento de la Recomendación sobre la Ciencia y los Investigadores Científicos de 2017. También se basará en la Estrategia sobre la contribución de la UNESCO a la promoción del libre acceso a la información y la investigación científicas y en la nueva Recomendación sobre los Recursos Educativos Abiertos aprobada por la UNESCO.

Encontraréis más información así como su hoja de ruta en la Recomendación de la UNESCO sobre la ciencia abierta.

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